El sueño americano, esa ilusión que muchos migrantes persiguen con esperanza, se ha vuelto una pesadilla en las áridas tierras de Sonora.
La tranquilidad de la noche se desvaneció para Jonzi, un niño ecuatoriano de tan solo cuatro años, y otras almas inocentes que se convirtieron en víctimas de una nueva masacre perpetrada por un grupo armado en territorio mexicano.
El relato de horror se teje entre las sombras de la impunidad. La Fiscalía del Estado, presionada por la revelación de nuestros abogados, ha tenido que reconocer la tragedia, aunque a cuentagotas.
El convoy, compuesto por migrantes desesperados por alcanzar un futuro mejor, se desplazaba en la oscuridad de la noche hacia la frontera con Estados Unidos. Lo que se presentaba como un viaje de esperanza se tornó en un escenario dantesco de violencia desatada. Testimonios hablan de hasta cincuenta personas abarrotadas en los vehículos, hombres, mujeres y niños en busca de un destino más próspero.
El ataque fue salvaje y premeditado. Un choque simulado, ráfagas de metralleta y el estallido de vehículos incendiados con lanzagranadas pintaron el desierto de Sonora con el rojo de la tragedia. Mientras algunos lograron escapar entre las sombras del desierto, otros no tuvieron la misma suerte. Jonzi, Ana Vidal, Karina Ortega (víctimas mortales) y otros cuyos nombres aún no han salido a la luz, quedaron atrapados en una danza macabra de violencia y muerte.
Las autoridades mexicanas, aunque han anunciado avances en la investigación y detenciones, no han logrado disipar las sombras que rodean este acto atroz. La opacidad y el silencio cómplice de la Fiscalía sólo aumentan la sensación de desamparo y desesperanza entre los familiares de las víctimas.
Esta masacre no es un hecho aislado. Se suma a una larga lista de tragedias que ensombrecen la ruta migratoria por México. El camino hacia el norte está sembrado de historias de horror y dolor, de vidas truncadas y sueños destrozados.
Es hora de que la luz de la justicia ilumine estos oscuros pasajes. Es hora de que los responsables rindan cuentas por sus acciones. Es hora de que el sueño americano deje de convertirse en una pesadilla para quienes lo persiguen con esperanza. En memoria de Jonzi, Ana, Karina y todas las víctimas olvidadas en el camino, exijamos justicia y pongamos fin a esta tragedia que enluta a nuestra humanidad.
Vea en estos videos algunas de las noticias que se han ido desarrollando alrededor de este terrible ataque.